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    Huellas de dinosaurio: un recurso didáctico

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    El Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra. Una experiencia de desarrollo rural desde la etnobotánica

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    El chopo cabecero es el álamo negro (Populus nigra) manejado mediante desmoche periódico por las comunidades rurales de la cordillera Ibérica para la producción de madera de obra, combustible y forraje. Es un sistema de gestión forestal tradicional que compatibiliza una intensa carga ganadera con la producción de fustes. El desmoche periódico mantenía una alta productividad e incrementaba su longevidad. Son comunes los ejemplares de dimensiones y edades notables para la especie. Los chopos cabeceros conforman un paisaje dotado de personalidad propia, un acervo cultural tradicional legado por los antepasados, una arquitectura vegetal sin igual y desempeñan funciones ecológicas en los agrosistemas de la cordillera Ibérica. En la segunda mitad del siglo XX se produjeron cambios sociales y económicos que han causado la falta de aprovechamiento y la crisis funcional del árbol, pero también un creciente aprecio social como elemento patrimonial. El Gobierno de Aragón ha declaró Bien de Interés Cultural Inmaterial al conocimiento popular que ha creado y cuidado los chopos cabeceros. Y ha creado el Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra, una herramienta para la conservación del patrimonio etnológico, paisajístico e histórico que suponen las dehesas de álamo trasmocho y un medio de desarrollo económico y social de este territorio

    Cambio climático y fenología

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    Seleccionado en la convocatoria: Ayudas a la innovación e investigación educativa en centros docentes de niveles no universitarios, Gobierno de Aragón 2007-08Los alumnos y alumnas de la asignatura Ciencias de la Naturaleza de Primer Curso de Educación Secundaria del Instituto Valle del Jiloca de Calamocha han iniciado un estudio sobre la fenología de algunas especies de plantas y animales. El objetivo último es contribuir al conocimiento de los cambios que se están produciendo en las fechas en las que suceden sucesos como la caída de las hojas, el inicio de la reproducción, el final de la hibernación, la llegada de las aves migratorias o el primer vuelo. Es un hecho el calentamiento que se está produciendo en la Atmósfera con un carácter planetario. Es previsible que esta variación de la temperatura influya en las comunidades biológicas de los ecosistemas, tanto en el ámbito espacial como en el temporal. Este estudio pretende crear con el trabajo del alumnado una red de observación fenológica. Los datos registrados son aportados a la base de datos que desarrolla SEO-BirdLife en colaboración con la Agencia Española de Meteorología. Los datos fenológicos y otras muchas observaciones de la Naturaleza del Jiloca se recogen en el blog de aula: http://195.55.130.130/arablogs/blog.php?id_blog=447.Gobierno de Aragón. Departamento de Educación, Cultura y DeporteAragónDirección General de Política Educativa; Avda Gómez Laguna, 25, planta 2; Zaragoza; Tel. +34976715416; Fax +34976715496ES

    Distribución geográfica, estimación de la población y caracterización de las masas de chopo cabecero en las cuencas del Aguasvivas, Alfambra, Huerva y Pancrudo

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    1.- Introducción y motivación Los chopos cabeceros son el fruto de un aprovechamiento agroforestal tradicional realizado por comunidades humanas de diversos territorios de la península Ibérica desde hace siglos, especialmente en la cordillera Ibérica. Es una modalidad de manejo del chopo o álamo negro (Populus nigra) consistente en la realización de un desmoche a turnos de unos doce años para la producción de madera y forraje a partir de las ramas. Esta práctica mantiene al árbol en un crecimiento prácticamente continuo e incrementaba de forma notable su longevidad. Es un aprovechamiento que compatibiliza la producción de madera en territorios con la de los pastos de su entorno garantizándose el rebrote de los árboles.Estos árboles forman parte de los agrosistemas de dicha cordillera donde desempeñan diversos servicios ecológicos entre los que destaca la capacidad de ofrecer hábitat a una compleja comunidad de seres vivos. Su cultivo y aprovechamiento reúne un patrimonio cultural y participan en el paisaje que caracteriza al paisaje de este territorio al que le otorga de una identidad propia. En las últimas décadas en Europa está avanzando el conocimiento sobre los árboles viejos y, en particular, sobre los árboles trasmochos, por sus funciones ecológicas y su importancia como elemento importante en la historia y la cultura de los pueblos.El chopo cabecero ha experimentado una intensa regresión en la cordillera Ibérica a lo largo del último siglo por diversas causas. Se considera necesario conocer su situación en este ámbito relacionándola con la de otros países con el propósito de conservar este patrimonio amenazado de desaparición.2.- Desarrollo teóricoEn esta investigación se ha perseguido actualizar el conocimiento sobre el chopo cabecero y al mismo tiempo conocer la distribución geográfica, la situación de las poblaciones, el estado de conservación y la problemática que afecta a este árbol en las cuencas de los ríos Aguasvivas, Alfambra, Huerva y Pancrudo (Aragón)Por un lado ha sido necesario realizar una búsqueda de documentación en todo tipo de fuentes para disponer de toda la información posible relacionada con los árboles trasmochos, con la especie Populus nigra como tal y con el chopo cabecero como fruto de la aplicación de la gestión humana sobre dicha especie arbórea. Sobre los materiales recopilados se ha realizado una fase de análisis para seleccionar aquellas referencias con información útil y, por último, se ha redactado un documento que integraba las aportaciones de los diversos autores y las propias del autor al estudio de los árboles trasmochos y sobre el chopo cabecero.Para alcanzar los objetivos de inventariado, distribución geográfica y su expresión cartográfíca ha sido necesario establecer los parámetros demográficos, biométricos, de estado de conservación y de vigencia de uso. En concreto, se han definido cuatro tipos de masas de chopos cabeceros (extensas, lineales, grupos dispersos y de ejemplares aislados), los signos que caracterizan la salud de las masas forestales (atrincheramiento, ramas desgajadas, mortalidad) y el tiempo transcurrido desde el último desmoche. La localización de las masas de chopo cabecero en el territorio ha obligado a recorrerlo directamente. Las imágenes obtenidas desde los satélites no permiten diferenciarlas de otras formaciones forestales (árboles bravíos y otros trasmochos) ni tampoco reconocer chopos cabeceros decrépitos o incluso muertos que sí que han sido incluidos en este estudio. Se ha considerado como tramo todo aquel segmento de un sistema fluvial en el que existe, al menos, un chopo cabecero. Cada tramo ha sido localizado en el espacio y se le ha asignado una categoría y un número reconociéndose entre el resto de los tramos de esa cuenca por un código alfanumérico. El tramo ha sido la unidad básica en este estudio de las masas de chopo cabecero. La prospección del área de estudio para localizar las masas de chopo cabecero comenzó en octubre de 2010 y concluyó en enero de 2014. Obtener los datos biométricos, la determinación el estado de conservación y establecer el periodo transcurrido desde el último desmoche de la totalidad de los chopos cabeceros se ha conseguido a partir de una muestra del 10% de los tramos de ribera en los que hay chopos cabeceros. El tratamiento informático de los datos se inicia con su registro en un software específico perteneciente a la familia de los sistemas de información geográfica (ArcGIS). Este programa permite la introducción de la información en capas sobre fotografías aéreas, de modo que cada uno de los tramos con chopos cabeceros se representa como una línea sobre una de estas capas que tendrá la misma situación y longitud que la que se ha registrado en el campo sobre la fotografía impresa en papel. Cada uno de los tramos es identificado sobre la capa de ArcGIS con el mismo código alfanumérico que se ha registrado en el cuaderno a partir de su localización e identificación en el campo. Para recoger y tratar los datos obtenidos en la prospección de los tramos se utilizó el programa de hojas de cálculo MSExcel creándose tantos archivos como cuencas hidrográficas. En cada uno de estos se abrieron tantas hojas como tramos habían sido prospectados. A cada tramo le corresponde el mismo código alfanumérico que tenía en la hoja de cálculo vinculada a las capas de ArcGIS. Cada uno de los árboles tiene un código formado por el código del tramo y por un número que corresponde al número de árbol dentro del conjunto del tramo. Cada árbol se representa en un registro y los datos de cada uno de los parámetros estudiados se reflejan como campos. El área de estudio está constituida por tres cuencas hidrográfica pertenecientes a la del Ebro (Huerva, Aguas Vivas y Pancrudo) y otra perteneciente a la cuenca hidrográfica del Turia (Alfambra). En conjunto, este territorio abarca una superficie de 4.248 km2. Para actualizar el conocimiento sobre el chopo cabecero y relacionar su contribución a la cultura rural europea por su naturaleza de árbol trasmocho se ha revisado la situación de estos últimos a partir de la documentación empleada. Los árboles trasmochos han tenido una presencia secular en el paisaje rural europeo alcanzando su máximo durante el periodo de regresión del bosque más intenso (siglo XIX). Las especies más habitualmente gestionadas como árboles trasmochos pertenecen a los géneros Acer, Alnus, Betula, Carpinus, Celtis, Corylus, Fagus, Fraxinus, Ilex, Populus, Quercus, Salix, Sorbus, Tilis y Ulmus. Esta variedad de especies, así como la de aprovechamientos y su extensa distribución territorial han propiciado una notable diversidad de técnicas de manejo y de tipología en los árboles trasmochos. Los principales productos obtenidos tradicionalmente de los chopos cabeceros eran el forraje, la madera como materia prima, la leña y el carbón vegetal.Estos árboles han sufrido una intensa regresión en Europa a lo largo del siglo XX por la pérdida de uso. En la zona norte y oeste a principios de siglo, en los países del sur y del este, de forma más tardía. Aún así, actualmente aún son comunes en los paisajes rurales de Francia, Reino Unido, Bélgica, Holanda, Rumanía, Hungría, Suecia, Noruega, España y Turquía. En la mayor parte de los casos son árboles que han perdido el turno de desmoche.Desde hace diez años son numerosas las iniciativas que desarrolla la sociedad civil para estudiar, difundir y conservar los árboles trasmochos, considerándolos un caso de aprovechamiento sostenible. Su valor actual, además de la producción de los bienes tradicionales, estriba en su condición de árboles viejos de interés ecológico, paisajístico, histórico y cultural. Empiezan a desarrollarse en varios países medidas agroambientales para fomentar el desmoche aunque son escasos los conocimientos en la aplicación de técnicas sobre árboles con el turno perdido.Árboles trasmochos de diversas especies están presentes en las montañas de la mitad norte de España, siendo particularmente abundantes en el País Vasco, Navarra, Burgos y Madrid. Los usos tradicionales tienen una vigencia variable, pero está perdiéndose y en algunos casos desde hace décadas. En Aragón, los árboles trasmochos también son más abundantes en las zonas montañosas. En los Pirineos son comunes aunque dispersos los Quercus, Fraxinus y Salix que han tenido manejo mediante desmoche, perdido hace décadas. En la cordillera Ibérica son más escasos los Quercus y Fraxinus trasmochos, sin embargo mucho más comunes, especialmente en el sur, los Populus y Salix con una vigencia mayor de su gestión.El álamo negro trasmocho recibe diversas denominaciones populares en las distintas zonas en las que está presente como chopa, chopo camocho o chopo cabecero. Este término ha sido el empleado en las iniciativas de estudio y de divulgación por lo que se ha generalizado su conocimiento y empleo en la actualidad.Este árbol suele presentar un tronco corto y recto sobre el que descansa una zona engrosada conocida como cabeza o toza que soporta un conjunto de ramas rectas y largas que nacen al mismo nivel y que presentan gran paralelismo entre sí, conocidas como vigas. Sobre la corteza pueden aparecer unas protuberancias con numerosas ramillas.Los chopos cabeceros proceden de ramillas de dos años obtenidas de la escamonda de otros ejemplares. Eran plantados por los agricultores en las márgenes de sus campos con ríos y arroyos, junto a acequias y en ribazos. Transcurridos varios años de su arraigo era cortada su yema apical favoreciendo el crecimiento de las ramillas laterales que formaban las futuras ramas. Éstas eran desmochadas por primera vez a los doce años obteniéndose la primera cosecha de vigas. Tras el copioso rebrote solía realizarse una selección de las ramillas más vigorosas y mejor dispuestas. Hasta hace pocos años se realizaba subiendo a la cabeza y cortando con pequeñas hachas, actualmente con motosierra. Siempre se realizaba cuando el árbol carecía de hoja (otoño e invierno).La conexión independiente entre las raíces y las ramas hace que un chopo cabecero funcione como un tallar sobre una cabeza. Como un bosque sobre un un único tronco. El chopo cabecero adelanta la aparición de los rasgos propios de la senectud y, al mismo tiempo, consigue una mayor longevidad en comparación con un chopo no trasmocho. En su interior, con el tiempo, se produce la descomposición del duramen y la formación de huecos.Estos árboles forman parte de un modelo de organización del espacio agrario puesto en práctica secularmente, que permite ganar terreno para el cultivo a costa del soto fluvial, reducir el consumo global de agua, obtener bienes y canalizar el río.El chopo cabecero es un árbol representativo en el paisaje agrario de ciertos territorios de Turquía (península de Anatolia) y del Reino Unido (Inglaterra). Se conocen algunos ejemplares dispersos en Francia, Bélgica, Hungría, Italia, Austria y Rumanía. En la península Ibérica existen poblaciones localizadas de chopo cabecero en la cordillera Cantábrica (Burgos, Palencia y León), en los Pirineos (Lérida y Huesca) y en la Bética (Granada). La cordillera Ibérica alberga las principales poblaciones extraaragonesas, siendo muy representativo en ciertas comarca de Burgos y Soria, y más puntual en las de Guadalajara, Castellón y Valencia.En Aragón el chopo cabecero está presente casi exclusivamente en la cordillera Ibérica. Hay poblaciones dispersas en las cuencas del Huecha, Jalón (Manubles, Ribota, Aranda, Perejiles, Piedra, Jiloca y Grío) y en la cuenca endorreica de Gallocanta. Se conoce el efectivo de la cuenca del Jiloca (exceptuando el Pancrudo) que asciende a 2.881 ejemplares (2008). La cuenca del río Martín tiene una importante población no cuantificada que se concentra en la cabecera del propio río como de sus afluentes. La cuenca del río Guadalope también reúne una importante y poco conocida población en su cabecera. En la cuenca del río Turia (exceptuando en su afluente el Alfambra) existen reductos, al igual que en la del Mijares. La principal utilidad del chopo cabecero en la cordillera Ibérica ha sido el proporcionar material de construcción, fundamentalmente vigas para el tejado y solado de viviendas, graneros, pajares y parideras. Las dehesas de estos árboles han ofrecido pastos y forraje para la ganadería extensiva de ovino desde hace siglos. Han muy aprovechadas en el pasado como combustible en hogares o industrias pequeñas siendo actualmente la principal finalidad de la madera. Otros usos de estos árboles la conservación de los taludes de campos y acequias. La documentación histórica sobre los chopos cabeceros incluye, entre otros, a cartas de concesión de Jaime II (s. XIV) de dehesas ganaderas en entornos fluviales, reglamentos de aprovechamiento forestal de la Comunidad de Teruel (s. XVII) en los que se precisa el uso de árboles trasmochos, proyectos de transformación agrícola que contemplan la plantación de álamos y sauces cabeceros (s. XVIII). Una publicación del Ministerio de Agricultura (1950) reprueba el descabezamiento de los chopos para obtener vigas y proscribe dicha práctica muy habitual en la provincia de Teruel.Son un componente de aquellas riberas transformadas por el ser humano para formar parte de agrosistemas. No pueden considerarse verdaderos bosques, pues se trata realmente del cultivo forestal de una especie autóctona. Son formaciones arboladas que contienen elementos propios de los bosques maduros, como un gran número de árboles grandes y viejos, abundante madera muerta, árboles muertos caídos o en pie, etc. que crean multitud de nichos ecológicos.Los álamos negros trasmochos son el hábitat de bacterias heterótrofas, cianobacterias, diatomeas, clorofíceas, hongos, líquenes, musgos y plantas vasculares. Así mismo, mantienen a numerosas especies de insectos (especialmente coleópteros), arácnidos, miriápodos y moluscos. Entre los vertebrados destacan las aves y los mamíferos. Hay numerosas especies amenazadas o vulnerables que encuentran su hábitat en estas arboledas aunque prácticamente no han sido estudiados.Los chopos cabeceros forman el armazón vegetal del paisaje de amplias zonas del sur de Aragón. Se encuentran en las riberas de los ríos y arroyos, en ramblas estacionales, acequias, balsas y manantiales entre huertas, campos de secano, prados de montaña, pastos xerófilos, matorrales, bosques, roquedos y núcleos urbanos.Es un paisaje cultural que se ha obtenido desde un aprovechamiento agrosilvopastoral muy antiguo. Los cambios estacionales que se producen en el follaje de estos árboles imprimen profundas modificaciones en el color y en la fisonomía del paisaje. Las líneas verticales contrastan con las horizontales de los páramos y secanos. Se trata de una singularidad paisajística en el entorno europeo que le otorga una identidad propia y que, como tal, merece protección.Los chopos cabeceros forman parte del escenario vital de muchas generaciones de habitantes en el sur de Aragón. Son un patrimonio cultural para las comunidades locales que integran vivencias, sensaciones y recuerdos. Es nombrar a un sentimiento de pertenencia y de arraigo que ha conformado la manera de ser y de sentir. Estos árboles comienzan a ser sentidos como un patrimonio a defender.Los chopos cabeceros son un registro de la actividad humana en el pasado, pues informan sobre cómo se gestionaban antaño los recursos naturales, sobre los avances del proceso técnico y sobre las relaciones de los humanos con su entorno natural. Son el resultado de una antigua relación entre una especie de árbol y el ser humano que ha producido una sabiduría popular que forma parte de la cultura de unas gentes. Es un tesoro etnológico que es motivo de estudio y de divulgación. Para dar a conocer a estos árboles entre la comunidad científica y entre el resto de la sociedad, se han realizado numerosas iniciativas en los últimos años. Jornadas monográficas de ámbito internacional, comunicaciones en congresos, conferencias en jornadas culturales o cursos, artículos en revistas, el sitio web El chopo cabecero. La identidad de un paisaje, documentales de televisión, una exposición monográfica, folletos, un sello postal y actividades lúdicas y reivindicativas por asociaciones culturales, como la Fiesta del Chopo Cabecero. En el ámbito de la gestión se ha presentado un proyecto para la declaración de Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra como herramienta de conservación del patrimonio etnológico, paisajístico e histórico que suponen las dehesas de álamo trasmocho y como medio de desarrollo socioeconómico de dicho territorio. Por otro lado, el proyecto "Incremento de la biodiversidad en la ribera del Jiloca (Teruel). El ciervo volante (Lucanus cervus) y los chopos trasmochos (Populus nigra)" ha sido desarrollado por el Ayuntamiento de Calamocha siendo incluida, entre otras iniciativas, el desmoche de 300 álamos negros trasmochos.En el área de estudio se han registrado 3.948 tramos de masas arboladas de chopos cabeceros que suman un total de 441.586,52 m. En la cuenca del Alfambra se han registrado 1.185 tramos que suman una longitud total de 146.718,94 m. Las principales masas arboladas de la cuenca del río Alfambra se encuentran en la ribera de dicho río en los términos de Allepuz, Jorcas, Ababuj, Aguilar del Alfambra, Camarillas y Galve. Desde Villalba Alta se produce una progresiva disminución de la densidad hasta su práctica desaparición. En la casi todos los afluentes están presentes los chopos cabeceros pero las mejores formaciones se encuentran en los ríos Sollavientos y Penilla, así como en los barrancos de Jorcas, Regajo, Incosa, Penilla, Gascón y Fuente de la Umbría.En la cuenca del Aguasvivas se han registrado 880 tramos, que en conjunto suman miden 83.981,74 m. Las principales masas arboladas de la cuenca del río Aguasvivas se encuentran en los términos municipales de Segura de Baños, Maicas, Huesa del Común y Blesa. En casi todos los arroyos que componen la compleja red de afluentes del Aguasvivas hay chopos cabeceros, aunque en muchos las formaciones carecen de continuidad kilométrica; entre ellos destacan las formaciones arbóreas de ciertos sectores del río Moyuela (o Nogueta) y del Cámaras, así como de los barrancos del Pueblo, Salobre (Pesquera) y Otón. En la cuenca del Huerva se han contado 350 tramos que miden un total de 64.394,20 m.. La masas arboladas más importantes de la cuenca del río Huerva se encuentran en la ribera de dicho río a su paso por los términos de Bea, Lagueruela, Ferreruela de Huerva y Cucalón. Aunque hay formaciones forestales de menor entidad en algunos afluentes, sólo cabe destacar la del río Lanzuela.En la cuenca del Pancrudo se han registrado 1.533 tramos que suman un total de 146.491,63 m. Las masas de chopo cabecero más relevantes en la cuenca del río Pancrudo se encuentran en la ribera del citado río en los términos de Pancrudo, Torre los Negros, Barrachina y Calamocha (Cutanda y Navarrete del Río). En la mayor parte de los arroyos de su red fluvial hay formaciones de chopos cabeceros, siendo las más notables por su longitud y densidad las del río Nueros, las ramblas de las Coronillas, del Pinar, del Sabinar o de Cuencabuena; los arroyos del Chorrillo de Nueros o el de la Fuente Los Caños; o los barrancos del Chorrillo de Torre los Negros, Cañada Ramón, Cañada del Becerril, del Ortigal, del Regajo, de San Martín y del Hortal.En el conjunto del área de estudio se ha estimado un efectivo de 60.832,12 ejemplares. De ellos 2.840,94 ejemplares (4,67%) se encuentran en tramos de árboles aislados, 8.916,69 ejemplares (14,66%) están en tramos de grupos dispersos, 36.323,57 ejemplares (59,71%) en tramos lineales mientras que 12.750,92 ejemplares (20,96%) lo hacen dentro de tramos con masas extensas.En la cuenca del río Alfambra se ha estimado un efectivo de 23.303,23 ejemplares, en la del río Aguasvivas de 10.485,33 ejemplares, en la del río Huerva de 5.912,35 ejemplares y en la cuenca del río Pancrudo de 21.131,21 ejemplares. Los chopos cabeceros están presentes en 22 de los 26 municipios que tienen una parte o la totalidad de su término dentro de la cuenca del río Alfambra. En ocho de estos municipios se estima un efectivo superior a los 500 ejemplares. De ellos, seis se ubican en el sector alto de la cuenca. En su mayoría los álamos negros trasmochos se encuentran en la ribera del río Alfambra siendo una minoría los que lo están en sus afluentes. Destacan los efectivos estimados de Aguilar del Alfambra (4.717,67), Galve (4.240,40), Allepuz (3.090,40), Jorcas (2.690,25), Ababuj (2.620,82), Camarillas (2.296,76), Perales del Alfambra 1.43,93) y Alfambra (644,34).Los chopos cabeceros están presentes en 25 de los 33 municipios de la cuenca del río Aguasvivas. Tan solo en seis de ellos se estima un efectivo superior a los 500 ejemplares. De ellos, solo Huesa del Común y Blesa tienen la mayor parte de sus árboles en la ribera del río Aguasvivas, mientras que los restantes los tienen en alfuentes. Loscos y Monforte de Moyuela, en el río Moyuela. Y Bádenas y Azuara, en el río Cámaras. Destacan los efectivos estimados de Huesa del Común (2.949,18), Loscos (1.618,02), Monforte de Moyuela (1.275,13), Blesa (566,69), Azuara (561,46) y Bádenas (546,15). Los chopos cabeceros están presentes en 20 de los 40 municipios de la cuenca del río Huerva. En tan solo tres de ellos se estima un efectivo superior a los 500 ejemplares. De ellos, Cucalón y Villahermosa del Campo se encuentran en el tramo alto de la cuenca mientras que Herrera de los Navarros lo hace en el tramo medio. Las poblaciones más importa

    Estudiando el ciervo volante

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    Seleccionado en la convocatoria: Ayudas a la innovación e investigación educativa en centros docentes de niveles no universitarios, Gobierno de Aragón 2010-11El IES Valle del Jiloca se plantea realizar una investigación sobre la demografía y la fenología de la población de ciervo volante (Lucanus cervus) de Calamocha. Se investiga acerca de la especie y zonas en donde vive. La metodología consiste en realizar unos transectos preestablecidos en dos lugares de la ribera del Jiloca durante el crepúsculo, momento en el que se inicia la actividad de los machos de ciervo volante. Se anotan y estudian los resultados y se difunden al resto de la comunidad educativa a través de jornadas o en el blog del centro.Gobierno de Aragón. Departamento de Educación, Cultura y DeporteAragónDirección General de Política Educativa; Avda. Gómez Laguna, 25, planta 2; 50009 Zaragoza; Tel. +34976715416; Fax +34976715496ES
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